Microsoft en la mira: Desinversión masiva y dudas sobre el ritmo de la IA

La combinación de una importante venta por parte de su mayor accionista histórico y noticias sobre el desempeño comercial de sus herramientas de inteligencia artificial ha puesto a Microsoft bajo el escrutinio de los inversores. Los datos han generado una reacción inmediata en el mercado.

En una movida que ha captado toda la atención, la Fundación Bill & Melinda Gates procedió a deshacerse de aproximadamente 17 millones de títulos de Microsoft durante el tercer trimestre. Esta operación, valorada en cerca de 9.000 millones de dólares, representa una reducción de alrededor del 65% de su posición en la compañía tecnológica.

Los motivos detrás de esta decisión son de carácter operativo y estratégico para la fundación. Su objetivo es incrementar sus donaciones anuales hasta alcanzar los 9.000 millones de dólares para el año 2026. Además, su plan a largo plazo estipula que la totalidad de su dotación debe ser destinada a fines filantrópicos para 2045. Este rebalanceo también busca mitigar el riesgo de concentración que suponía mantener una posición tan significativa, la cual llegó a constituir cerca de un tercio de todo su portafolio.

Expertos del mercado señalan que, si bien la fundación había estado ajustando su tenencia desde finales de 2023, la magnitud de esta última venta no tiene precedentes. La interpretación general entre los analistas es que se trata de una reestructuración patrimonial, no de un voto de desconfianza en el futuro de Microsoft.

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Cuestionamientos sobre la adopción comercial de productos de IA

Paralelamente, han surgido informaciones que indican que varios equipos de ventas de la empresa no lograron cumplir con sus objetivos de crecimiento para el último ejercicio fiscal en relación con Azure Foundry. Esta plataforma, diseñada para que las empresas construyan y gestionen agentes de IA, no habría alcanzado los niveles de aceptación comercial esperados.

Desde Microsoft se ha salido al paso de estas afirmaciones, aclarando que las cuotas de venta para su cartera de productos de inteligencia artificial en conjunto no han sido reducidas. No obstante, el episodio refleja un desafío más amplio en el sector: la adopción práctica de la IA por parte de las empresas encuentra obstáculos. Un ejemplo citado es el de la firma de capital privado Carlyle, que recortó sus gastos después de que algunas herramientas no lograran integrar datos de diversas fuentes de manera fiable.

Impacto en el mercado y perspectiva técnica

La repercusión de estas noticias en la cotización fue inmediata. Las acciones de Microsoft registraron una caída superior al dos por ciento. Desde una perspectiva técnica, el valor se negocia aproximadamente un 12% por debajo del máximo que alcanzó en octubre, acercándose a su media móvil de 50 días, situada en los 435,58 EUR. El indicador MACD apunta a una divergencia bajista, lo que sugiere un posible agotamiento del impulso alcista reciente.

El escenario actual, con esta presión vendedora institucional sumada a las incógnitas sobre el rendimiento comercial de la IA, probablemente limite el potencial alcista de la acción a corto plazo. Si bien la media de 50 días podría actuar como un nivel de soporte, un repunte sostenido parece complicado de momento. Es probable que los inversores adopten una postura expectante, a la espera de nuevas señales que confirmen un ritmo sólido de adopción de las tecnologías de inteligencia artificial antes de realizar movimientos significativos.

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