Meta explora alternativas a Nvidia: ¿Un cambio de rumbo en el ecosistema de chips para IA?

La semana bursátil cerró para Nvidia con una leve caída del 0,56%, situando su cotización en 156,66 euros. Este movimiento a la baja refleja la reacción del mercado ante una noticia estratégica: según diversos informes, Meta Platforms estaría negociando el uso de los chips TPU de Google para sus aplicaciones de inteligencia artificial. De materializarse, este paso supondría un giro notable, reduciendo la casi total dependencia que Meta ha mantenido hasta ahora de la hardware de Nvidia.

Más allá de los rumores de competencia, los cimientos operativos de Nvidia continúan siendo extraordinariamente robustos. En su tercer trimestre fiscal del año 2026, la compañía reportó unos ingresos de 57.000 millones de dólares, lo que representa un incremento interanual del 62%. El segmento de centros de datos fue el principal motor, contribuyendo con 51.200 millones de dólares.

Jensen Huang, consejero delegado de la firma, ha subrayado que la nueva arquitectura de chips Blackwell está agotada para los próximos trimestres, evidenciando que la demanda sigue superando a la oferta. Además, el ecosistema de software CUDA de Nvidia se mantiene como una ventaja competitiva crítica, un factor que sus rivales no han logrado replicar a gran escala.

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La búsqueda de diversificación de los gigantes tecnológicos

El informe sobre las posibles conversaciones entre Meta y Google, surgido hacia el final de la semana, captó inmediatamente la atención de los inversores. Meta se cuenta entre los mayores clientes de las GPUs Hopper y Blackwell de Nvidia. Por ello, un eventual aumento en la adopción de las Tensor Processing Units (TPU) de Google trascendería lo simbólico. Sería una señal clara de que los grandes actores del sector tecnológico están activamente buscando alternativas para mitigar su dependencia de un único proveedor.

Este escenario podría ejercer presión a medio plazo sobre el poder de fijación de precios y la cuota de mercado de Nvidia. Los hyperscalers están destinando decenas de miles de millones de dólares cada trimestre a infraestructura de IA, por lo que la búsqueda de soluciones más eficientes en costes se ha vuelto una prioridad estratégica.

Perspectivas y niveles clave a vigilar

De cara al futuro inmediato, el nivel de los 180 dólares (aproximadamente 157 euros) se perfila ahora como un soporte técnico crucial. Una caída por debajo de este umbral podría desencadenar una fase de mayor consolidación en la cotización. Los próximos catalizadores estarán determinados por dos factores: si Meta concreta sus negociaciones con Google, y la velocidad con la que Nvidia pueda escalar la producción de sus chips Blackwell.

Para el cuarto trimestre fiscal en curso, que concluye en enero de 2026, la dirección de Nvidia anticipa ingresos en torno a los 65.000 millones de dólares. Cumplir con el calendario de entregas previsto ayudaría a disipar parte de la preocupación sobre una posible erosión de su dominio. No obstante, hasta entonces, es probable que la acción permanezca susceptible a la volatilidad, mientras los inversores evalúan los contornos de un panorama de semiconductores cada vez más competitivo.

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