La Sombra de Washington Sobre el Valor de Nvidia

La cotización de Nvidia se encuentra atrapada en el epicentro de una batalla política cuyas consecuencias superan con creces la volatilidad habitual de los mercados. En el Capitolio se libra una pugna que podría congelar, durante treinta meses, el acceso de la compañía a su crucial mercado chino, justo cuando su director ejecutivo busca aliados en la Casa Blanca.

El foco de la incertidumbre se llama «SAFE CHIPS Act». Un grupo bipartidista de senadores estadounidenses ha presentado este proyecto de ley, cuyo objetivo es limitar severamente la capacidad del presidente para relajar las normas de exportación de tecnología. La propuesta es concreta y drástica: establecer una moratoria obligatoria de 30 meses para la concesión de licencias de exportación de chips de inteligencia artificial avanzada hacia lo que denomina «países de preocupación».

De aprobarse, Nvidia quedaría efectivamente desconectada de su principal mercado de crecimiento, China, por un periodo de dos años y medio. Esta amenaza legislativa inyecta una dosis de pesimismo sobre las perspectivas a medio plazo del valor, que cerró la sesión anterior en 157,50 euros.

La Contraofensiva Diplomática de Huang

Frente a este escenario, Jensen Huang, consejero delegado de Nvidia, ha optado por la diplomacia directa. Este miércoles mantuvo un encuentro en la Casa Blanca con el presidente Donald Trump. El tema central no podía ser otro: los controles a la exportación.

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Tras la reunión, Trump se refirió públicamente a Huang como un «hombre inteligente», dejando entrever una posible disposición al diálogo. Este acercamiento sugiere que el poder ejecutivo podría estar considerando aplicar un enfoque más flexible a las estrictas normativas de exportación de alta tecnología, una posibilidad que Nvidia necesita urgentemente para salvaguardar su posición dominante.

El Contexto: Competencia y Movimientos Internos

La urgencia de la situación se comprende mejor al observar la dinámica del mercado. En Shanghái, la firma Moore Threads, frecuentemente llamada «la Nvidia china», ha protagonizado un espectacular debut bursátil, con una revalorización del 468%. Este hito subraya el riesgo estratégico: mientras la política de EE. UU. podría frenar a Nvidia, China está movilizando capital de forma agresiva para desarrollar alternativas nacionales.

En este clima de tensión, un movimiento interno ha captado la atención. A. Brooke Seawell, miembro del consejo de administración de Nvidia, se deshizo de un paquete de acciones a principios de semana. Aunque los fundamentales de la empresa siguen siendo sólidos —con unos ingresos trimestrales de 57.000 millones de dólares—, el momento elegido para la venta, justo antes de la escalada política, no ha pasado desapercibido.

Para los inversores, la innovación técnica pasa temporalmente a un segundo plano. El principal catalizador del precio en las próximas semanas no será el rendimiento de sus chips, sino el destino legislativo del «SAFE CHIPS Act». Mientras persista la amenaza concreta de una prohibición de exportación de dos años y medio, la volatilidad en la acción de Nvidia probablemente se mantendrá elevada.

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