El motor de la nube impulsa a Alphabet a nuevos horizontes

La acción de Alphabet, matriz de Google, continúa su imparable ascenso, desafiando cualquier escepticismo previo. El último impulso proviene de un crecimiento explosivo en su división de computación en la nube, complementado por inversiones agresivas en inteligencia artificial. Sin embargo, este panorama de fortaleza contrasta con movimientos de venta por parte de altos directivos, lo que introduce un matiz de cautela ante la euforia reinante.

Los resultados del tercer trimestre ofrecen un argumento contundente. Los ingresos totales alcanzaron los 102.300 millones de dólares, un incremento interanual del 16%. Pero el verdadero protagonista fue Google Cloud, cuyos ingresos se dispararon un 34% hasta los 15.200 millones de dólares. Más allá del crecimiento, la división demostró una mejora sustancial en su rentabilidad, con un margen operativo que escaló hasta el 23,7%. Esta cifra evidencia la capacidad de la compañía para transformar sus masivas inversiones en infraestructura en flujos de caja consistentes.

Datos clave para los inversores:
* Ingresos totales Q3: 102.300 millones de $ (+16 % interanual)
* Ingresos de Google Cloud: 15.200 millones de $ (+34 % interanual)
* Cartera de pedidos en la nube: Aproximadamente 155.000 millones de $
* Perspectiva de inversión (Capex): Entre 91.000 y 93.000 millones de $ para 2025

Apuestas estratégicas más allá de la publicidad

El crecimiento no se limita a los números reportados. Estrategias de largo plazo están tomando forma. Un ejemplo destacado es la posible inversión de hasta 5.000 millones de dólares por parte del conglomerado indio Adani Group en la infraestructura de IA de Google en India. Esta alianza buscaría acelerar el despliegue de centros de datos y potenciar el uso de modelos avanzados como Gemini 3.

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Paralelamente, el sector observa con atención los movimientos de Alphabet en el mercado de semiconductores. Circulan especulaciones sobre la posibilidad de que la compañía comience a suministrar sus Unidades de Procesamiento Tensor (TPU) a otros gigantes tecnológicos, como Meta. Materializarse esta opción posicionaría a Alphabet como un competidor directo en el lucrativo negocio de los chips para IA, diversificando sus fuentes de ingresos de manera significativa.

¿Optimismo institucional frente a prudencia interna?

La cotización, con una revalorización superior al 46% desde enero y cercana a sus máximos anuales, refleja un claro optimismo. No obstante, surgen señales dispares desde dentro. El consejero delegado, Sundar Pichai, realizó ventas de paquetes accionarios por un valor cercano a los 10 millones de dólares. Inversores de peso como Legal & General también ajustaron ligeramente a la baja sus posiciones.

Este comportamiento contrasta con la postura de otros actores institucionales. Fondos como Entropy Technologies aumentaron su exposición en más de un 150%, apostando por una continuación de la tendencia alcista. El mercado vive así un pulso entre quienes aseguran ganancias tras la fuerte subida y el capital fresco que sigue entrando, anticipando más potencial.

Con un ratio precio-beneficio en torno a 31, gran parte del crecimiento esperado ya está descontado en el precio. Aun así, la revisión al alza de los objetivos de precio por firmas como Guggenheim y Evercore ISI sugiere que Wall Street confía en la capacidad de Alphabet para mantener su liderazgo en los sectores de la nube y la inteligencia artificial, incluso mirando hacia 2026.

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