Wolfspeed: ¿El despegue definitivo impulsado por la inteligencia artificial?

El valor de Wolfspeed ha experimentado una recuperación espectacular, con un avance superior al 10% el martes que situó su cotización en los 19,86 dólares. Este repunte, que contrasta fuertemente con sus mínimos anuales, ha reavivado el debate sobre si la compañía puede consolidar su salida del pozo. El motor de esta subida parece ser el nuevo rumbo estratégico marcado por su director general, Robert Feurle, que apuesta por sectores de moda como la IA y la aeronáutica.

El contexto de esta apuesta no puede ser más crucial. A finales de septiembre de 2025, Wolfspeed logró emerger del procedimiento de quiebra conocido como Chapter 11. Este proceso permitió una limpieza profunda de su balance: se eliminaron aproximadamente 4.600 millones de dólares en deuda, lo que se tradujo en una reducción de alrededor del 70% de su endeudamiento total.

La nueva estrategia, explicada por Feurle al Triangle Business Journal, es una respuesta directa a los problemas pasados. La compañía ya no puede permitirse ser un "caballo de un solo truco", una referencia clara a su excesiva dependencia del mercado de vehículos eléctricos, que lastró sus resultados. La hoja de ruta actual se basa en una diversificación agresiva hacia áreas con mayor potencial de crecimiento:

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• Centros de datos para IA: Desarrollo de chips de alta eficiencia energética para computación de alto rendimiento.
• Sector aeroespacial y defensa: Fabricación de componentes especializados para aplicaciones en aviación.
• Modernización de redes eléctricas: Aplicación de su tecnología de carburo de silicio para actualizar infraestructuras de utilities obsoletas.

El escepticismo como lastre

A pesar del optimismo inicial, la sombra de la duda se cierne sobre la compañía. La volatilidad de la acción sigue siendo muy elevada, y Wolfspeed opera ahora bajo la atenta supervisión de sus acreedores, que ostentan el control mayoritario de la empresa.

La pregunta que se hacen los inversores es si el equipo directivo será capaz de reconvertir con la suficiente rapidez su gran capacidad de fabricación hacia estos nuevos mercados y generar flujos de ciba estables y rentables. El alejamiento del exclusivo foco en el automóvil eléctrico es un paso necesario para la estabilización financiera. Sin embargo, la promesa de convertirse en un actor clave para la transición energética y el desarrollo de la inteligencia artificial en 2026 está aún por materializarse a nivel operativo.

Por ahora, la acción de Wolfspeed se mantiene como un activo de alto riesgo, destinado a aquellos inversores con un apetito por la volatilidad y la fe en una transformación que, aunque prometedora, aún debe demostrar su valía en los resultados trimestrales. La reciente subida es un destello de esperanza, pero el camino por recorrer sigue siendo largo y lleno de incertidumbre.

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